EL ESTADO DE LAS INSTALACIONES DE RIEGO EN EL ÁREA METROPOLITANA DE BARCELONA

Los jardines de nuestro entorno distan mucho de alcanzar el cuidado y la belleza que tienen los jardines de otros países occidentales, en especial los ubicados en el centro y el norte de Europa. Está claro que el factor económico influye en que esto sea así. A mayores niveles de renta, la calidad de los jardines aumenta. En nuestro entorno, esta cuestión se manifiesta a la hora de construir una vivienda, pues en lo último que se suele pensar es siempre en el jardín, y más cuando nuestros recursos después de construirla son más bien escasos. Esto da lugar en demasiadas ocasiones a una falta de equilibrio entre las edificaciones y los jardines, de tal modo que nos encontramos con magníficas viviendas rodeadas de jardines insignificantes.

    Claro que no se trata solo de una cuestión económica sino tambien cultural. Cuando uno viaja por ejemplo por Inglaterra se encuentra con el hecho de que la mayoría de las viviendas, independientemente de los recursos económicos de sus propietarios, están dotadas de un jardín bonito y bien cuidado. Se trata de una comunión con la naturaleza, en la que el propietario no disfruta solamente con la belleza en sí del jardín, sino también con el cuidado diario de las plantas que lo componen. Cuando a este "amor" por el jardín, se le suman rentas considerablemente altas, tenemos jardines como los norteamericanos, donde las plantas se agrupan como si formasen parte de un decorado tan perfecto que a veces parece ficticio. 

   Si esto es así a nivel de jardinería, cuando se trata de cuestiones más técnicas como puede ser un sistema de riego, no es ninguna sorpresa que llas instalaciones de esta clase que nos encontramos tanto en viviendas unifamiliares como en organismos pùblicos y privados, sean a menudo bastante lamentables.

    La ausencia de una "cultura del jardín" y la limitación de los recursos económicos ha dado lugar al estado actual de instalaciones de riego mal diseñadas de nuestro entorno. Jardineros sin la capacitación adecuada se han dedicado todos estos años atrás a construir instalaciones de riego ineficientes para clientes para los que el jardín y la propia instalación de riego, eran una obra menor dentro de la vivienda, la cual tenía que ser recompensada económicamente de un modo inferior a lo que por justicia le correspondía en realidad. A todo eso hay que sumar los precios a menudo abusivos, que los pocos instaladores cualificados, cobraban por realizar unas instalaciones de riego profesionales y eficientes.

    Esto ha dado lugar que a día de hoy, los céspedes del área metropolitana de Barcelona, se encuentren plagados de instalaciones de riego mal diseñadas, que o bien consumen una excesiva cantidad de agua, o al contrario, son incapaces de satisfacer de un modo correcto las necesidades hídricas del césped infringiéndole un daño tanto estético como serios problemas de insalubridad. 

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