
Llega el verano y con él la calor y por fin te has decidido a equipar tu jardín con un sistema de riego. En el primero que has pensado para realizar la instalación es en tu jardinero, el cual mantiene tu jardín de un modo impecable. Le has preguntado si sabe de riegos y naturalmente te ha contestado que sí(Todos los jardineros saben de todo, e igual que los escritores todos los jardineros son los mejores en lo suyo). Sin saberlo tu jardín está a un paso en una probabilidad muy alta de formar parte de esa epidemia de jardines con sistemas de riego ruinosos que salpican todo el área metropolitana de Barcelona (sobre todo si se trata de la instalación de riego de un césped).
Si quieres saber si tu jardinero tiene los mínimos conocimientos de riego para realizar una actividad de tal envergadura, te propongo le formules estas cuatro preguntas para saber si estás ante un profesional de verdad, o de una persona con unos insuficientes conocimientos de riego frotándose las manos ante la obra del mes(La habilidad y el contexto para formularlas depende de ti),(Las cuatro preguntas hacen referencia a conocimientos básicos de riego, una pregunta mal contestada es suficiente para poder delimitar que dicha persona no ofrece ningún tipo de garantías para realizar correctamente una instalación de riego) (Las respuestas están al final de este texto).
1- ¿Cómo se calcula la presión y el caudal en la toma de agua que abastecerá el sistema de riego?
2-¿Por qué razones difusores y aspersores nunca pueden funcionar juntos en un mismo sector?
3-¿En función de que parámetro se elige el diámetro de la tubería?
4-¿Cuál es el solape adecuado entre los difusores o aspersores que conforman una instalación de riego?
1- Con la ayuda de un manómetro tomamos la presión en el grifo o toma de agua donde vamos a conectar el sistema de riego. Esto se hace sin que salga nada de caudal por el grifo. Es lo que se llama presión estática, y nos determina la máxima presión que circulará por la tubería de alimentación del riego. Por otro lado, abriremos el grifo, y con la ayuda de un recipiente del cual sepamos su volumen, cronometaremos el tiempo que tardará en llenarse. En este caso, al estar todo el grifo abierto, la presión se hace cero, y tenemos el caudal máximo que circulará por la tubería. Esta segunda opción se puede reemplazar, por medir el caudal resultante de cerrar el grifo hasta que el manómetro marque la presión adecuada de funcionamiento de los emisores de riego. La lectura del manómetro en estas circunstancias se conoce como presión dinámica. Para realizar está medición se necesita de algún dispositivo(llave de paso) que estrangule el paso del agua hasta alcanzar la presión que requieren nuestros emisores de riego. Con la presión estática,y con el caudal calculado posteriormente, tenemos dos puntos que al unirlos en una gráfica donde se representan presión y caudal, dan lugar a una línea llamada Recta de Servicio. Esta línea lo que nos permite es determinar la relación exacta que existe entre la presión y el caudal que alimentarán nuestra instalación de riego.En el apartado de mi web, cursos de riego, podéis ver como es una recta de servicio, para que os hagáis una idea. La cuestión, es que cuánta más presión necesitan nuestros emisores de riego, tenemos un menor caudal disponible(por ejemplo riego por aspersión) y cuánta menos presión tenemos un mayor caudal disponible( por ejemplo el riego por goteo). Si tenemos por ejemplo difusores, que funcionan a una presión de 2 bar, está recta nos permite saber el caudal exacto de agua que tendremos disponible a esa presión, lo que luego nos permitirá calcular cuántos sectores de riego serán necesarios.
2- En primer lugar porque funcionan a una presión diferente. Los difusores a una media de 2 bar y los aspersores a una media de 3 o 3.5 bar. Y segundo, que es lo más importante, tienen una pluviometría muy diferentes. Por ejemplo los aspersores andan por una pluviometría de 5-20 mm y los difusores en 40-60 mm( mm es la cantidad de agua en litros que echan en una hora en una superficie de un metro cuadrado). Si ponemos un riego de diez minutos que satisfaga la pluviometría de los difusores, haremos que la zona donde riegue el aspersor caiga mucha menos agua y se seque. Por el contrario si ponemos por ejemplo 20 min de riego que satisfaga la pluviometría del aspersor, los difusores estarán echando mucha más agua de la necesaria.
3- El agua puede discurrir por una tubería de dos modos, por el llamado régimen laminar o régimen turbulento. Cuando la velocidad de circulación del agua es mayor a 1.5 metros por segundo, el agua pasa a funcionar en régimen turbulento. Durante este régimen, se produce una especie de oleaje dentro de la misma tubería que provoca unas pérdidas de presión muy grandes. Por esta cuestión el agua en las tuberías de un sistema de riego tiene que funcionar siempre bajo el régimen laminar, es decir, su velocidad tiene que ser menor a 1.5 metros por segundo. En función del caudal que necesitarán nuestros emisores se calcula el diámetro mínimo de la tubería de riego, obteniendo los datos a través de tablas o de ecuaciones.
4- La cortina de agua que emite tanto un difusor como un aspersor no es uniforme a lo largo de su radio de acción. Es decir, no echan la misma cantidad de agua en su base, en su punto medio de trayectoria, o en la parte final de su alcance. Por esta razón tanto difusores como aspersores tienen que solaparse, para que esta falta de uniformidad individual se complemente al funcionar en conjunto. El solape tiene que ser siempre que se pueda al cien por cien del radio. Es decir, si el alcance del difusor o el aspersor es de cuatro metros, éste tendrá que tener otro al lado a cuatro metros, y otro enfrente a cuatro metros también. Naturalmente la distribución del césped no siempre permite cuadrar los emisores de riego tan fácilmente, solapando sus radios al cien por cien. A veces hay que provocar un exceso de solape, o en algunos caso aumentar los distanciamientos como se puede realizar con algunos aspersores y emisores de chorro lineal. Lo que tiene que quedar claro es que cualquier zona del césped tiene que estar regado como mínimo por dos emisores de riego. Dejar zonas regados solo por uno es un error que usualmente cometen los instaladores no profesionales del riego.