Sabemos bien que el agua es algo fundamental para nuestra supervivencia. Pero al mismo tiempo que sabemos esto, nos acompaña la errónea concepción de que ésta permanecerá a nuestro alcance en las mismas condiciones de calidad y cantidad en que la hemos tenido siempre. Pero, ¿qué pasaría si algún día el agua desapareciese de nuestras vidas aunque fuese solo por un pequeño intervalo de días? ¿Qué modificaciones y daños sufriría nuestro organismo?.
Esta es la historia de Pablo Valencia y está tomado del prólogo del documental: La guerra del agua.

"En 1906 , Pablo Valencia emprendió el viaje de México a California en busca del preciado oro. Sobrevivió sin agua durante una semana, siete dias enteros. Después de ser rescatado narró su experiencia ante la sed.
La saliva se espesa y al cambio de un tiempo un nudo parece formarse en la garganta. La lengua se hincha hasta tal punto que dificulta la respiración y genera una angustiosa sensación de estar ahogándose.
Parece que te va a estallar la cara debido a la tirantez de la piel y mucha gente sufre alucinaciones. Los parpados se agrietan y los ojos comienzan a secretar lágrimas de sangre.

Cuando Pablo Valencia fue encontrado, tenía la piel color gris púrpura. Parecía llena de arañazos pero no había rastro de sangre.
Le habían desaparecido los labios como si se los hubieran amputado. La nariz se le había reducido a la mitad y tenía la mirada fija en unos ojos sin párpados.
Este documental no pretende concienciar sobre la supervivencia del medio ambiente sino sobre nuestra propia supervivencia, porque sea cual sea nuestra opinión sobre medio ambiente, política, ética o religión, independientemente de la raza, el sexo o la clase social, el que pase una semana sin beber agua llorará inevitablemente lagrimas de sangre".
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